Nostalgia, eso es lo que he sentido al
venir en tren a Madrid cuando pasé a la altura de los terrenos de
Palacio de la Zarzuela. Al reconocer todo esos caminos nevados, eso
montes en los cuales buscabas un refugio de ese calor abrasador de un
clima tan extremo como es el que se da en la meseta.
Al reconocer los ríos por donde
patrullábamos con nuestros compañeros cuadrúpedos incansables y de
paciencia infinita.
Al ver a manadas de jabalíes, corzos y
gamos... Que de vez en cuando perseguíamos.
Esos agujeros en la tierra, donde nos
escondíamos al abrigo de las inclemencias del tiempo.
Nostalgia al fin y al cabo de tiempos
pasados, que no es que fueran mejores, pero que si les guardo
muchísimo cariño.
El monte de la Zarzuela, es un sitio,
al que cada día, estoy más convencido de que no volveré. Ya no
tanto por que no quiera, como por el futuro que me espera y que me
quiero labrar. Y si algún día vuelvo a la Guardia Real, creo que lo
haré o bien con un nuevo empleo, o bien con una distinta
especialidad. Lo cual, de todas a todas, no ejerceré más funciones
de patrulla por el monte.
Como decía todo esto pasaba, en cuanto
salí del túnel que me traía de Valladolid en tren. Miré a mi
izquierda, ya que iba en sentido contrario a la marcha y ahí estaba.
Tan poblado de encimas y pinos como siempre. Con sus montes y
vaguadas por dos río, que a estas alturas si llevaran agua, pero que
pronto lo dejarán de hacer, por las altas temperaturas que se
alcanzan. Que para un asturiano como yo, se llevan muy mal.
Por norma general, este blog siempre
habla de mis aventuras y desventuras por el RCR Farnesio 12, mi
actual unidad, pero al pasar hoy por esa zona, no pude si no medio
sonreírme al recordar muy buenas anécdotas mientras me hallaba de
patrulla. De las cuales la gran mayoría no puedo relatar aquí sin
incurrir en un par de delitos, y faltas, tanto leves como graves. Ya
que la zona en si misma tiene carácter Reservado, y tenemos el rollo
ese de confidencialidad.
Algo que si puedo contar, es la vez que
estaba de patrulla con el caballo Uzbeco, y mi compañero con Iris.
Si bien mi Uzbeco no era mi caballo
habitual, como no, tratándose de mi. Este “amigo” tenía una
peculiaridad, y es que tenía una “nube” en un ojo, con lo cual
había perdido mucha visión por ese ojo.
Como estaba relatando, estaba yo con mi
compañero de patrulla, cuando un jabalí se nos cruza. A esto que
Iris reacciona “poniéndose de manos”, modo caballo rampante, y
el mio, ante tal sobresalto. Reacciona, saltando hacía adelante,
poniéndose de manos, y quiebro hacia la derecha. Lo cual, hace que,
evidentemente, me caiga. Ya que, puedo ser buen jinete, pero de rodeo
no soy. Aunque hubiera momentos que lo pudiera parecer.
Uzbeco, después de verse libre de su
amo temporal, huye como si el mismo demonio fuera tras el. Yo me
reincorporé sin lesión alguna, y mi compañero que pudo dominar el
temperamento de Iris, fue tras jamelgo que se dio a la fuga.
Al cabo de media hora, y sin que la
búsqueda fuera fructuosa, di el aviso a la guardia, para que
supieran lo que había pasado, y me ayudaran a buscar mi caballo.
Después de dos horas de búsqueda sin
resultado alguno. Recibo el aviso, de que Uzbeco se haya pastando
tranquilamente en la zona de embarque y recogida de la guardia a
caballo. Allá que voy.
Y efectivamente, allí estaba
tranquilamente atado, por mis compañeros que consiguieron agarrarlo
y atarlo. Pero con una pequeña novedad y es que había perdido los
estribos, los míos no, los del caballo.
Así que la patrulla por mi sector
hubo que suspenderse, hasta el relevo.
A Uzbeco no le pasó nada, no temáis
Y a mi administrativamente hablando tampoco, ya que fue por
accidente.
Pero los gracioso aconteció dos días
más tarde.
Estos hecho acaecieron hace ya unos
años, a finales de Junio, a dos días antes de San Juan. La
importancia de esta fecha se debe a que este santo, es patrón de la
Guardia Real. Y como tal se celebra ese día tan señalado con una
formación y vino posterior, bueno, el vino ya no. Hay recortes.
El día anterior a San Juan transcurre
mi accidente, en el día del patrón, realizamos la formación de
gala completa, a las siete de la tarde y con unos muy “agradables”
30º
Para que os ubiquéis más, fue cuando
el partido España-Italia en la Eurocopa, semis, si mal no recuerdo.
Hacemos la formación, vamos al vino,
celebramos un poco el patrón. Y luego unos amigos nos “calentamos”
de más, así que decidimos salir de fiesta.
Y dicho y echo, por ahí que estuvimos
hasta las tantas por algún lugar de la capital. Y como digo hasta
las tantas, digo hasta las tres de la mañana, y sé que más de uno
pensará que no es muy tarde. Bueno tal vez tenga razón, excepto
cuando tienes guardia al día siguiente y tienes que levantarte y
estar en la cuadra a las cinco y media de la madrugada. Momento en el
cual, se tenían que presentar dos compañeros de la cuadrilla que
habíamos decidido salir de fiesta.
Volvemos al cuartel, perjudicados....
Bastante perjudicados. A mis compañeros, pudieron dormir un par de
horas.
Evidentemente, no se levantaron muy
frescos que digamos, y uno de ellos, cogió mi montura, que la tenía
fuera. El motivo era, que estaba ahí, ya que en mi taquilla, tenía
otra que me dejaron, ya que la mía había perdido los estribos en la
caída.
Mis compis preparan los caballos, de
aquella manera y se van al punto de comienzo de la patrulla. Una vez
allí preparan los últimos ajustes para el servicio, tales como la
cabezada de trabajo, revisar la cincha de la montura, y los ajustes
personales tanto de comunicaciones como armamento.
Y aquí es cuando uno de estos compañeros, se da cuanta de que cogió mi montura.... Ya sabéis la que no tenía estribos, y se ha de subir al caballo sin los mismo. Por que claro, a ver como explicas tu que; has cogido una montura que no es la tuya, y habiéndola cogido porqué no tiene los estribos, y por último, pero no menos importante... Por que apestas a alcohol...
Y aquí es cuando uno de estos compañeros, se da cuanta de que cogió mi montura.... Ya sabéis la que no tenía estribos, y se ha de subir al caballo sin los mismo. Por que claro, a ver como explicas tu que; has cogido una montura que no es la tuya, y habiéndola cogido porqué no tiene los estribos, y por último, pero no menos importante... Por que apestas a alcohol...
Bien, este personaje comienza la
patrulla, con una muy buena resaca, y sin estribos. Y creerme...
pasarse así unas horas... fastidia un buen rato en determinada zona
masculina.
Aunque mayor fue la sorpresa para el
sargento de guardia, que para más inri, era de nuestra propia
sección. Cuando en la hora del bocadillo, que nos proporcionan en un
punto acordado de Zarzuela, decide ir a verlos para ver que tal están
los chavales, y se da cuenta del percal.
Aparte de bronca y varias represalias.
El suboficial en cuestión, decide ir hasta el escuadrón, que se
encuentra a unos 10km, y le sube unos estribos, ya que, efectivamente
si el caballo se desbocara, el jinete se encuentra falto de unos
puntos de apoyo bastante importantes.
Al final con mi amigo, si, por
desgracia puedo decir que es un amigo, jejejeje. No pasó nada, ya
que el suboficial le dio cuartelillo, y dejó que las aguas siguieran
su curso sin mayor novedad.
Mi compañero libró por el canto de un
duro. Aunque estuvo una temporada bajo el ojo del suboficial.
Evidentemente, la situación se torna
bastante más graciosa, poniendo algún que otro detalle que por las
razones que describía antes.. pues me es imposible.
Tuvimos bastante cachondeo con este
personaje.... Todavía lo seguimos teniendo, jejejeje.
Si lees, esto.... ya sabes... un
cervecita....
Un saludo gente.
PD: No se me olvida, no. Aquí os dejo
la canción de turno... Ser felices.
Había escrito un montón de cosas wenas, pero desde el móvil... se jorobó... grrr.
ResponderEliminarQue es normal que te acuerdes de aquéllo, de los caballos, tus amigos, etc.
Yo, al pasar por El Pardo, al venir de Galicia en tren, me acordaba de ti; así que, tú con más razón.
Me ha gustado tu entrada! Aunque conocía la anécdota. Echo de menos esas historias!
Por cierto, no tenía ni idea de que en los montes de Zarzuela había encimas XD ¿mezcla entre encinas y enzimas?